Tripulación lista, maniobras en marcha
Amigos y visitantes.
Empiezo a escribir esto con la misma alegría con la que estrenaba zapatillas nuevas cuando era un niño. Lo hago también con cierta precaución, está nuevo y no quisiera arruinarlo. Tengo grandes novedades y me hace mucha ilusión contároslas.
Nuevo año, nuevo equipo, nuevos retos
Después de varios meses de trabajo y muchos experimentos, hemos creado un nuevo equipo cuya motivación ha sido y seguirá siendo: crear algo mucho mayor que la suma de sus partes. Cualquiera que haya trabajado en un gran equipo con integrantes diversos en habilidades y formas de pensar, sabe que no debería haber otra forma de hacer las cosas.
Este equipo persigue trascender, lograr grandes cosas a través del desarrollo continuo de su capacidad de colaboración. Lo que hoy llamamos transdisciplinaridad, pero que dicho de manera más sencilla y en nuestro contexto significa:
- conseguir un entendimiento más profundo de los principales problemas de nuestros clientes pensando, creando y aprendiendo de maneras diferentes.
- pero también conseguir impactar más allá, en problemas, personas y comunidades que nos interesan y preocupan.
Los nuevos compañeros son Javier Rubio (@jrubr) un viejo conocido de las comunidades de desarrollo de software de Zaragoza y Fernando Abadia (@fabadiabadenas) con quien llevamos colaborando más de año y medio y discutiendo, explorando y experimentando en la intersección entre el pensamiento visual, pensamiento sistémico y teoría de complejidad (complexity thinking), que se suman a Paco Salvador (@quesitosgiver) y a mí que venimos trabajando juntos desde hace ya 4 años.
Javi, Pablo, Paco y Fernando.
Hemos creado una nueva propuesta de servicios que os contamos en más detalle en el nuevo sitio web y de la que os hablaremos en futuros artículos porque hoy quiero presentar al equipo y su visión.
Cómo llegamos aquí
Spines comenzó oficialmente en 2014, como contaba en ese momento llevaba años investigando cómo aprendemos las personas (individualmente y en grupos o redes). Esto me llevó a pensar en un sistema que ayudara a aprender. Inspirado seguramente en la experiencia de varios años colaborando con el bifi (Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos) en proyectos de redes, aprendizaje colectivo, laboratorio de realidad remota. Pero especialmente hablando con estudiantes, profesores, profesionales de todo tipo. Creamos la aplicación para facilitar el trabajo y reducir algunos de los principales problemas que descubrimos en nuestro aprendizaje y en el de los estudiantes. Pero la monetización en el sector de la educación no fue suficiente. Tampoco supimos encontrar el encaje con las empresas tal como estaba planteado. Y menos aún teníamos tracción suficiente para jugar la partida de usuario final.
A medida que buscábamos diferentes estrategias, nuestros ingresos provenían fundamentalmente de monetizar el conocimiento que habíamos generado a lo largo de la investigación y desarrollo de la aplicación alrededor de nuestro dominio: el aprendizaje y la tecnología. Así, trabajamos con instituciones educativas, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales e instituciones gubernamentales ayudando a incorporar estrategias de aprendizaje efectivas, es decir, basadas en evidencia científica, y acelerando el aprendizaje colectivo. Pronto incorporamos modelos y herramientas de pensamiento con las que ya teníamos experiencia, agile, planificación estratégica y modelado de sistemas.
Al no poder rentabilizar la aplicación, tuvimos que dejar de desarrollarla, y eso suposo pasar de un equipo fundamentalmente técnico de seis personas, a uno de dos personas centradas en servicios de consultoría y formación. Encontramos nuevos nichos y tipologías de organizaciones, fuera de la educación, conscientes de la necesidad de ver el aprendizaje como parte fundamental del trabajo. En esta etapa nos dimos cuenta de que los esfuerzos de aprendizaje eran erráticos, puntuales, poco efectivos, y fundamentalmente acotados al ámbito personal. Y todavía más importante, que en general esto ocurría porque las organizaciones no tienen suficiente claridad o necesitan redefinir lo que son, lo que quieren ser, lo que quieren construir… en definitiva, su visión.
Todas las personas aprenden, por fuerza, en mayor o menor medida y con mayor o menor repercusión para su organización. Pero los equipos, grupos, redes o las organizaciones, no. Para unir estos dos puntos, visión y aprendizaje colectivo, es que empezamos a colaborar con Fernando. En un principio de manera puntual y cada vez en más proyectos. Ayudando a alinear la visión y misión de la organización, o la estrategia con las necesidades de aprendizaje. Su aportación desde el pensamiento visual va mucho más allá de la notas decoradas del graphic recording, las plantillas de facilitación visual y la codificación dual. Él nos ayudó a mirar desde una perspectiva nueva, a plasmar ideas cuando las palabras se quedan cortas, a facilitar dinámicas de colaboración y a encontrar espacios de entendimiento diferentes. En estas colaboraciones con Fernando, pudimos comprobar el valor que aporta contar con un mapa o representación de las ideas que deben guiar cualquier decisión e iniciativa de una organización. Más aún si se hace de una manera clara, directa y cercana, y no a través de un documento interno con el que nadie conecta.
Esta forma de trabajar la visión allanó el camino para ayudar a nuestro clientes a modelar, conectar sistemas, experimentos e iniciativas de manera coherente y alineada. Y a medida que pasó el tiempo nos encontramos con otra necesidad, la de activar desde dentro a las personas que crean el valor en la organización, afectar a la cultura, al trabajo real. Esto nos llevó a diseñar acciones a más largo plazo, de activación de estrategias, de mapeo de sistemas de trabajo, de mapeo cultural, de cambio sistémico, etc. Acompañamos a equipos de diferentes características, comités de dirección, equipos de desarrollo de contenidos, equipos de desarrollo de software, equipos de diversos departamentos e incluso emprendedores en diferentes fases. Vimos que el efecto en equipos podía ser muy potente si trabajábamos el propósito y la cultura (prácticas) al mismo tiempo. Para esto fue que buscáramos a Javi.
Si queremos influir en la forma en que las organizaciones crean valor, debemos ayudarles a ver y a mejorar la forma en que están creando este valor.
Javi es un referente técnico, curioso, inquieto, amante de su profesión, inconformista, aprendiz constante y paciente instructor. Pronto podréis leer cómo lo ha vivido él. Pero desde mi punto de vista, su incorporación nos ha ayudado a aterrizar primero y más tarde a formalizar, algunas de las ideas más potentes de aprendizaje a las prácticas del día a día del desarrollo de software y del trabajo en equipo.
Un nuevo rumbo
Estoy muy ilusionado con nuestro nuevo equipo y con el desafío de aprender y ayudar a aprender en el que nos embarcamos. Con nuevas ideas, mucha experiencia y un compromiso con el desarrollo de las personas, la excelencia profesional y el impacto de negocio de nuestros partners y clientes. Conscientes de que la complejidad de las organizaciones y sus contextos cada vez más cambiantes ya no es suficiente para navegarlas con mapa, brújula y sextante. Debemos dejar de lado nuestro impulso de controlar, gestionar y organizar todo, para hacer frente a desafíos incontrolables. Abrazando la complejidad, leyendo las señales y experimentando una y otra vez, como es propio de aquello que no se puede conocer.
“(El mar)…Quien lo mira lo ve por vez primera, siempre. Con el asombro que las cosas elementales dejan…”
–Jorge Luis Borges
References
- Kojima Zu. Japan, None. [Between 1890 and 1920] Photograph. https://www.loc.gov/item/2008660565/.
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